Estamos pisando el invierno y me dan muchas muchas ganas de envolverme en una calentita manta, hecha al crochet.
El crochet volvió en un revival de plenos colores, y la onda “Granny” llegó a estos lados para quedarse.
Granny significa abuelita, y hace referencia a un estilo con elementos retro de tinte cálido y colores suaves y alegres.

Me encanta este estilo porque es todo acerca de los detalles. Algunos de los elementos que colaboran a crear una ambientación de este estilo son: mantas y almohadones de crochet, vajilla enlozada y/o antigua, ambientes de paredes y carpinteras blancas (en los que el color los aporte el mobiliario y los objetos decorativos), estampas floreadas, y patchwork.


Lo hecho a mano cobra especial preponderancia en este tipo de ambientaciones, por eso el crochet es la estrella de las casas decoradas con este estilo. El must son las mantas realizadas con los famosos “granny’s square” (las de los típicos cuadraditos).


Un aspecto interesante de este tipo de decoración es que muchos elementos se pueden conseguir en mercados de pulgas o usados. Lo que puede resultar bastante más económico si uno se da maña en conseguir pequeños tesoros a buenos precios.
También varias cosas se pueden tomar “prestadas” de la abuela 😉

El confort es una de las claves a tener en cuenta, por eso las ambientaciones resultan ser tan acogedoras. Lo antiguo devenido en nuevo es el desafío para lograr una composición que no sea ni demasiado clásica ni demasiado kitsch. Por eso se tiene que tener especial cuidado en la combinación de los colores y no sobrecargar los espacios con elementos de anticuario. Tampoco se debe abusar de los muebles y objetos con efecto desgastado porque esa es una impronta de otro estilo, el llamado Shabby Chic.


Recuerden que para tener éxito en cualquier tipo de ambientación que se esté encarando, es importante que cada uno le de su toque personal. Sin miedo porque es lo que va a darle ese carácter y toque distintivo.
¡Un beso enorme y hasta la próxima!