Cuando ya todos estabamos disfrutando de la insipiente primavera, vistiendonos más ligeros de ropa, sacando fotos de las primeras flores del jardín… Chan! Volvió el frío violento a recordarnos que todavía le quedan casi 20 días que le corresponden.
Y es así. Con lo cuál además de volver a sacar el saco grueso del placard podemos disfrutar una vez más, al menos por este 2015, de un rico tecito caliente cuando volvemos de la calle y enfundarnos en nuestra manta preferida, ¡que puede ser una bellisima manta tejida al crochet!
Qué cosa que me encantá el crochet. El año pasado nos anotamos con mi hermana en un taller para aprender desde 0 y ella a la segunda clase ya estaba haciendo amigurumis encantadores… Yo en cambio a 1 año de haber ido lo máximo que logré fue un frente de almohadón como si fuera un gran granny square súper colorido.
No soy muy buena con lo manual lamentablemente y todavía me siguen gastando en mi familia porque estuve 3 clases practicando el punto cadena (el más básico).
Frustración y risas aparte, nadie me saca el placer de disfrutar de este arte lleno de color y texturas.
Me gusta todo lo que es al crochet, pero lo que más amo sin duda son las mantas. Sobre todo las de diferentes modelos de granny squares (los típicos cuadraditos).
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