Probablemente para mucha gente que lee este blog pensar en mimbre los remita a la zona del Tigre, y más puntualmente al puerto de frutos. Y les recuerde a los típicos canastos con manijas.
Pero como todo en la vida con el tiempo se re-significa, este caso tampoco es una excepción y el mimbre recobra fuerza y aparece de a poco, tímidamente, en varios espacios y estilos de ambientación.


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